El aceite de coco es rico en ácidos grasos saturados, y, aunque que no posee colesterol, es capaz de aumentar su nivel en sangre incrementando el riesgo de sufrir enfermedades cardiacas. La pulpa es muy calórica (calorías provenientes de las grasas), rica en fibra y pobre en vitamina y minerales. Puede comerse fresco aunque es más popular el uso de coco rallado en la repostería para elaborar postres, tostar, etc.
Las beneficios principales del aceite de coco son sus propiedades antisépticas y la de brindar a la piel tonicidad y suavidad. El acido láurico es uno de los componentes del coco influyentes por su capacidad para nutrir la piel, nutriente que también se encuentra en la leche materna. Al ser absorbido por la piel penetra en sus diferentes capas eliminando impurezas y contribuyendo a la relajación de la piel permitiendo la eliminación de toxinas.
En el mercado de los jabones y demás productos de cosmética, se encuentra que el coco es muy utilizado para elaborar estos productos, debido a su poder humectante. Puede mejorar cualquier tipo de piel pero los beneficios del aceite de coco son más visibles cuando se utiliza en pieles con problemas de irritación denominadas “pieles sensibles” dado que produce una espuma muy suave permitiendo la buena limpieza de la piel, su humectación y alivio de la irritación e inflamación.
En cuanto a los demás productos de cosmética, tales como champúes, acondicionadores, baños de crema, funciona de la misma manera que en la piel, penetrando en el cabello, nutriéndolo desde el interior y permitiendo la retención en él de la humedad que brindan los componentes del aceite de coco, especialmente en cabellos secos aumentando el brillo.
Cuando se trate del aceite de coco, solo unas gotas bastan para masajear la
piel, dado que su contenido graso es muy alto. Si quiere realizarse una
exfoliación, al aceite puede agregársele unos gramos de coco rallado que
cumplirá esta función en la piel al masajear suavemente con la preparación.
En ambos casos, debe retirarse con agua tibia el aceite de coco y/o ralladura
de coco y secar con un paño suave. La
piel seca quedará limpia, suave, humectada y tersa.