Los nabos son verduras de sabor ligeramente amargo con un color y la textura interna similar a las patatas, pero son más resistentes y pueden crecer en suelos pobres. A pesar de ello éstas raíces prodigiosas para la salud contienen nutrientes en abundancia, siendo una buena fuente de vitamina C, B-2, B-6, C, K, minerales como calcio, potasio, azufre y compuestos amargos llamados indoles, glucosidos cianogénicos y antioxidantes de gran alcance capaces de destruir los radicales libres potencialmente dañinos para la salud.
Por su gran contenido en cobre los nabos han demostrado ser eficaces en el tratamiento de la artritis reumatoide, debido a que esta mineral es indispensable para regenerar el tejido conectivo, que es atacado por la condición.
El nabo crudo y su zumo, son un remedio popular y tradicional aplicado para atenuar los síntomas del asma y otros problemas relacionados con la congestión pulmonar, como la dificultad para respirar, la bronquitis y la tuberculosis, según la medicina herbaria moderna.
Los nutrientes contenidos en los nabos demuestran propiedades antioxidantes, antinflamatorias y astringentes, que por lo tanto ayudan a eliminar la flema, abrir las vías respiratorias, disminuir la infección y así minimizar los daños.
El nabo ayuda a dispersar la congestión pulmonar, favoreciendo la limpieza de la mucosa bronquial, estimulando a la expectoración y con ello al alivio, habiendo sido utilizado en distintas recetas de la medicina tradicional china, por milenios para el tratamiento natural de las efermedades respiratorias.
Para tener en cuenta: Esta antigua medicina oriental suele recomendar llevar a cabo curas de nabo con otros elementos naturales antes de que llegue el otoño, para prevenir los estados gripales durante el invierno.