Actualmente está de moda la medicina anti edad, que se basa en ingerir alimentos ricos en antioxidantes para así protegernos del daño celular y del envejecimiento prematuro.
El melón es una fruta rica en vitamina A y E. Estas vitaminas son antioxidantes y particularmente presentan muchas propiedades para mantener la salud de la piel, de ahí que sea tan importante aprovechar esta fruta en su estación, el verano, ya que nos protege del daño que se deriva de la exposición solar.
Además, contiene betacaroteno (especialmente aquellos melones de pulpa anaranjada) lo que prepara nuestra piel para un bronceado y exposición solar saludables.
El melón contiene una sustancia llamada adenosina que es capaz de evitar la formación de coágulos y por tanto mejora la salud de nuestras arterias disminuyendo el riesgo de sufrir un accidente cardiovascular.
Además, por su contenido en agua y su efecto diurético (fruto de un alto contenido en potasio y bajo en sodio), la ingesta cotidiana de melón ayuda a disminuir los niveles de tensión arterial, otro factor que de no controlarse constituye un grave riesgo para la salud.
Así como las peras pueden ser útiles cuando hay un exceso de ácido úrico, el melón resulta otra excelente alternativa. Esto es debido a su efecto diurético que es capaz de limpiar nuestro organismo de estas sustancias.
Del mismo modo, el melón no sólo es útil en los casos de ácido úrico, sino también en aquellos casos de formación de cálculos ya sean renales o biliares, tanto para complementar el tratamiento como para realizar una prevención natural.
Por otro lado, debido a su alto contenido en celulosa, el melón también es un suave pero efectivo laxante que contribuye a mantener un buen tránsito intestinal, eliminando también toxinas a través de la evacuación.
Pero entre todos los beneficios del melón cabe destacar su alto contenido en agua, que hace de esta fruta el mejor método para hidratarse, sobretodo durante las altas temperaturas del verano.