Algunas personas nos hemos preguntado en alguna ocasión por qué nos gustan tanto los dulces y en este artículo te damos la respuesta.
¿Por qué nos gustan
tanto los dulces?
Primeramente es necesario reconocer que es cierto que
algunas personas prefieren el sabor salado antes que el dulce, no obstante, son
muy pocas las personas que no se consienten con un dulce capricho cuando así lo
pide el cuerpo o las emociones.
La realidad es que el
sabor dulce gusta enormemente a los seres humanos por los siguientes
motivos:
- La leche materna es el primer alimento que
tomamos en nuestra vida, y su sabor es dulce, marcando así desde un inicio
nuestras preferencias.
- El sabor dulce indica que un alimento contiene
energía. Esto es así porque cuanto más dulce es un alimento, más azúcar o
carbohidratos simples contiene, y la
glucosa es la fuente de energía
preferida por nuestro organismo, de hecho, las neuronas únicamente
funcionan con glucosa.
En este aspecto el sabor dulce se elige de manera instintiva ya que representa
un alimento que nos va aportar la energía que necesitamos.
- El azúcar es altamente adictivo. Se ha
comprobado tanto en escáneres cerebrales como en experimentos con ratas que el
azúcar puede actuar como una droga.
De hecho, en los experimentos realizados con roedores el azúcar demostró ser
incluso más adictiva que la cocaína.
Los dulces y la dieta
saludable
El azúcar blanco no
aporta nada a la salud y desde un punto de vista nutricional no debería
incluirse en la alimentación, no obstante, es cierto que la mejor dieta es
aquella que nos permite estar bien física y psicológicamente.
El azúcar blanco así como los alimentos que lo contienen deben
consumirse de forma muy esporádica
pero sí pueden consumirse si nos apetecen y si nos sirven para mimarnos y
darnos un capricho, pero repito, siempre de forma esporádica y no cotidiana.
Además, ahora que sabemos por qué nos gustan tanto los
dulces, podemos incorporar a nuestra dieta dulces más saludables, por ejemplo,
realizados con miel de buena calidad.