La retención de líquidos se produce cuando el organismo no puede eliminar líquidos que debería, configurando no solo un problema renal, si no que también esta ligado al stress, fluctuaciones hormonales (embarazo, menopausia), una mala alimentación con exceso de sal y de alcohol, y falta de proteínas y nutrientes, ciertos medicamentos, ingesta pobre de líquidos u otra patología de mayor complicación como la hipertensión, cardiopatías o trastornos hepáticos.
Los síntomas de la retención de líquidos puede ser reconocida fácilmente por la disminución de la frecuencia y cantidad de orina eliminada al día y, conociendo el cuerpo de cada uno, la percepción de inflamación del abdomen bajo, sensación de hinchazón o molestias en pies, tobillos, muñecas, o algún otro miembro del cuerpo.
Muy común es que las embarazadas sufran de retención de líquidos, sobre todo en el tercer trimestre de gestación
Para que el organismo cumpla sus funciones habituales en armonía, el equilibrio de líquidos que entran y salen del cuerpo debe ser óptimo, no importa cuanto líquido se consuma. Este equilibrio es dado por los electrolitos y los riñones, quienes ajustan el nivel de orina que será eliminado. Muchas enfermedades pueden provocar que la excreción de líquidos disminuya afectando dicho equilibrio.
El potasio es un mineral que, junto con el sodio, es el encargado de mantener el equilibrio de los líquidos y electrolitos en las células y los tejidos, para mantener reguladas las funciones orgánicas principales como el ritmo cardiaco, la presión arterial y la transmisión de impulsos nerviosos.
Su consumo induce a los riñones a que eliminen los desperdicios produciendo más orina, por lo que el consumo de alimentos ricos en potasio favorecerá la disminución de la retención de líquidos.
Otros alimentos para la retención de líquidos