El bicarbonato de sodio es un antiácido natural usado frecuentemente como remedio casero para aliviar los problemas de acidez estomacal o gastritis, que puede inducir a la necesidad frecuente de orinar si se consume en exceso. Al ser un compuesto de la sal, el bicarbonato de sodio también puede causar problemas con la función renal.
El sodio es esencial para la regulación del volumen de la sangre, presión arterial y el equilibrio del cuerpo a nivel ácido-base, sin embargo el exceso de sodio puede tener graves efectos secundarios para las personas con enfermedad renal.
La enfermedad renal se caracteriza por la incapacidad de quien la padece, de liberar al cuerpo del exceso de sodio y de líquidos, los cuales se acumulan en el torrente sanguíneo y los tejidos generando por lo tanto retención de líquido, que en exceso pueden incluir hinchazón en las extremidades y la cara, líquido en los pulmones o insuficiencia cardiaca.
La hipertensión arterial representa otro de los problemas directos del exceso de sodio en el cuerpo que puede reducir la función renal aún más, por ello debemos saber que sólo 1 cucharadita de bicarbonato de sodio contiene alrededor de 1.000 miligramos de sodio y la Asociación Americana del Corazón recomienda consumir no más de 1.500 miligramos de sodio por día.
El bicarbonato de sodio al generar un efecto antiácido sobre la orina, puede reducir el riesgo de formación de cálculos renales, por lo cual si la orina es muy acida los profesionales recomiendan el uso de bicarbonato de sodio, junto con los medicamentos recetados para ayudar a disolver las piedras renales de ácido úrico o para evitar que se formen nuevos cálculos.