El vinagre de manzana se fermenta en dos procesos diferentes, y es durante este tiempo que adquiere las enzimas y los nutrientes que le dan las propiedades de un perfecto generador de energía.
Entre los compuestos que definen las propiedades del vinagre de manzana podemos mencionar minerales como el calcio, el sodio, el potasio o el ácido málico y de forma destacada la pectina, que ejerce una acción saciante y laxante similar al de la fibra. Algo importante es que estos componentes se encuentran presentes en el vinagre de manzana de forma totalmente equilibrada.
Los diferentes minerales tienen funciones destacadas para cada tipo de afección. Así, el Potasio ayuda a evitar la moquita, fortalecer el pelo y los dientes, amén de facilitar la eliminación de la retención de líquidos. El Ácido málico protege contre las infecciones de bacterias y de hongos. El Ácido acético, principal componente y fuente del sabor amargo del vinagre, baja los niveles del pH y así previene de infecciones intestinales tanto de bacterias como de hongos. La Pectina como decíamos antes, además de ayudar a saciar y a evacuar, regula la presión arterial y disminuye el colesterol alto.
Algunos de los beneficios del vinagre de manzana consumido habitualmente son una mejora en la textura y el color uniforme de la piel. Además promueve un sistema inmune sano, facilita la digestión y libera las toxinas de nuestro organismo.
El vinagre de manzana es un antiinflamatorio natural tanto para el dolor interno como para las irritaciones cutáneas o el acné.
Tanto por su efecto diurético como por el hecho de aumentar el metabolismo al tomarse antes de las comidas el vinagre de manzana es un ideal aliado en el control de peso. Tomado con agua en ayunas, también es eficaz contra el estreñimiento.