Los arándanos brindan un gran aporte nutricional al proporcionar niveles elevados de fibra, vitamina C y otros compuestos antioxidantes que en su conjunto suman propiedades no solo nutritivas sino también medicinales, las cuales se ven particularmente potenciadas o concentradas después de atravesar por un proceso de desecado natural (al sol), estas propiedades tienen la capacidad de prevenir o evitar el desarrollo de distintas enfermedades que van desde el envejecimiento prematuro hasta el cáncer.
Los arándanos son bayas muy ricas en compuestos favorables para la salud cardiaca, los cuales reducen la formación de colesterol malo o LDL, el enemigo letal de las arterias y por lo tanto del corazón, aunque son relativamente altos en calorías, por lo que deben disfruta con moderación.
Aunque los arándanos secos no se consideran un alimento rico en fibra, contribuyen con 1,3 g por porción de 1 taza que representa aproximadamente el 4 por ciento de la fibra que se necesita a diario en una dieta de 2,000 calorías. La fibra es importante para la salud del sistema digestivo y también ayuda a mantener los niveles de colesterol en sangre bajo control mediante la reducción de la perjudicial lipoproteína de baja densidad (LDL), también conocido como colesterol malo, responsable de ataques cardiacos o derrames cerebrales.
Una porción de 1/3 taza de arándanos secos proporciona un 20 por ciento del valor diario de vitamina C, siempre basados en una dieta de 2,000 calorías, por lo cual son considerados como una fuente importante de esta vitamina o poderoso antioxidante natural necesario para la salud de los tejidos de la piel y la eliminación de los radicales libres, moléculas dañinas que generan enfermedades tan graves como el cáncer.
Junto con la vitamina C, los arándanos secos contienen muchos otros compuestos antioxidantes que ayudan a combatir las enfermedades crónicas, ya que los flavonoides inhiben la oxidación del colesterol LDL, lo cual se traducen en que pueden prevenir el daño a las paredes arteriales y mejorar el flujo sanguíneo. Los arándanos contienen tres grupos de flavonoides; las antocianinas, los flavonoles y las proantocianidinas, compuestos antioxidantes naturales que reducen el riesgo al desarrollo de enfermedades degenerativas.