Los polifenoles son poderosos anti-inflamatorios naturales que evitan el desarrollo de las enfermedades relacionadas, entre ellas el cáncer, así como también pueden jugar un papel en la expresión génica. Sin embargo lo que debemos saber es que dichas propiedades saludables dependerán de su biodisponibilidad o sea de la rapidez con la que el organismo puede absorberlos y utilizarlos.
Las plantas producen polifenoles a modo de protección ante las variantes climáticas, bacterias, hongos, virus y del estrés oxidativo, existiendo alrededor de 8.000 diferentes tipos de polifenoles descubiertos hasta el momento. Estos prodigiosos antioxidantes naturales abundan en muchos alimentos de origen vegetal tales como; frutas, verduras, cereales integrales, frutos secos, hierbas culinarias y especias, tés y productos de cacao.
Obtener polifenoles para proteger nuestra salud, en la actualidad es la mejor opción para mantener alejadas a las enfermedades cardíacas y el cáncer, según las últimas recomendaciones científicas, motivo por el cual se remarca la importancia de incluir en la dieta diaria los alimentos ricos en ellos de acuerdo a una publicación en el "Critical Reviews in Food Science and Nutrition", donde se aconsejan el consumo de alimentos como el té verde, el cacao, el vino tinto, diversas frutas y bayas, de probada capacidad antioxidante y anti-inflamatoria.
Los polifenoles pueden disminuir la oxidación de colesterol LDL o colesterol "malo", así como ralentizar el desarrollo de la aterosclerosis, por lo tanto disminuyen el riesgo a desarrollar enfermedades del corazón.
Entre los alimentos destacados por su extrema riqueza en polifenoles se encuentran el té verde o negro, el vino tinto, la cúrcuma y bayas como el acai o los arándanos, cuyas propiedades han demostrado la capacidad de retrasar el desarrollo de tumores cancerosos o contener su crecimiento.
Las personas con diabetes se benefician con el consumo de alimentos ricos en polifenoles, ya que estos pueden protegerlas de complicaciones graves, como la neuropatía diabética (el daño a los nervios) y del daño ocular llamado retinopatía.