El melón es un fruto originario de África, presente en la actualidad en muchos países de climas templados y cálidos. Es un alimento habitual en regímenes de adelgazamiento por su elevado contenido en agua, sus pocas calorías y, sobre podo, por su acción depurativa del organismo.
Los beneficios del melón a la hora de eliminar toxinas se deben a varios factores combinados. Por un lado, el melón es un alimento laxante, con lo que combate el estreñimiento y los problemas asociados al mismo.
Con un tránsito intestinal regulado el organismo puede librase mejor de las toxinas contenidas en los alimentos.
Por otro lado, el melón es diurético y a la vez aporta gran cantidad de agua. La acción diurética del melón activa la función renal y ayuda al cuerpo a eliminar los desechos filtrados por el riñón, incluyendo el exceso de ácido úrico.
Las propiedades depurativas del melón se dejan sentir incluso en la piel, la cual experimenta una mejora en casos de acné, barrillos o impurezas con tan sólo incluir esta fruta en la dieta.
El melón es un alimento remineralizante y aporta vitaminas A, B6, B3 y C. Por ello puede ser empleado en curas desintoxicantes con mayor seguridad que otros diuréticos. Además, la vitamina B3 contribuye a la transformación de los alimentos en energía y ayuda a regular los niveles de colesterol en sangre.