El ajenjo es conocido desde la antigüedad y se menciona en los textos antiguos de Plinio, Avicena y la "Escuela salernitana", donde se lo recomendaba para el tratamiento de todas las enfermedades con la falta de acidez en el aparato digestivo, para lo cual sólo las hojas y los tallos altos se utilizan con fines médicos.
El ajenjo contiene sustancias químicas tales como; glucosa absinthine, absinthol, taninos, clorofila y ácido málico, siendo su esencia la que posee fuertes efectos terapéuticos constituida por tuyona, tanacetone, azuleno y cadineno (que aumentan el tono muscular y activa las áreas del cerebro donde las crisis epilépticas aparecen).
También su riqueza en vitaminas B6 y C lo conforman como un poderoso tónico digestivo, antiséptico, antidiarreicos, antipirético y regulador de la menstruación.
Debido a esta propiedad saludable de ajenjo como tónico digestivo, aumenta la secreción de la bilis cuando se administra como infusión y si se administra en forma de polvo ayuda a reducir la fiebre (propiedad diaforética).
La infusión de ajenjo es indicada por la medicina natural para eliminar los gusanos oxiuris y los parásitos intestinales, así como también la tintura de ajenjo es recomendada en curas de 9 días como máximo.
Los compuestos amargos y los componentes volátiles tienen una acción excitante sobre la secreción gástrica y a la vez anti-inflamatoria, potenciando sus efectos como antihelmínticos, además de aumentar la diuresis el Ajenjo es utilizado como laxante.
Las propiedades medicinales del ajenjo actúan eficazmente para el tratamiento de la insuficiencia hepática, edema renal, la anemia y la ausencia del ciclo menstrual, así como también es muy bueno para tratar la ansiedad, la gota y en general para todas las enfermedades que implican la retención de agua en los tejidos.
El Ajenjo es un excelente cicatrizante en forma de aceite para aplicarse directamente sobre las heridas, su infusión es recomendada para el tratamiento de úlceras.