La vitamina E o tocoferol es una enzima liposoluble y, en consecuencia, pertenece al grupo de vitaminas de las que es posible llegar a tener exceso. No obstante, el aporte insuficiente de vitamina ocasiona también serios problemas para la salud.
Las propiedades medicinales de la vitamina E se relacionan con su acción antioxidante en muchas ocasiones. No en vano es la principal vitamina antienvejecimiento, que prolonga el buen estado no sólo de la piel sino también de la vista.
Además, los beneficios de la vitamina E sobre el sistema cardiovascular han sido demostrados, y ayuda a controlar los niveles de colesterol. Con respecto a este punto, se da además la circunstancia de que la inmensa mayoría de alimentos ricos en vitamina E, como pueden ser los frutos secos, algunas semillas y el pescado, aportan también colesterol HDL (el llamado colesterol bueno), que contrarresta los efectos perjudiciales del colesterol malo LDL.
La vitamina E resulta esencial para la fertilidad de todos los animales. Si durante el periodo de crecimiento un niño/a no recibe el aporte adecuado de vitamina del grupo E tiene muchas posibilidades de ser estéril al alcanzar la edad adulta. En otros casos, la poca fertilidad es reversible si es debida a una carencia de vitamina E producida después de la formación del aparato reproductor.
Una dieta con un aporte adecuado de vitamina E parece ser uno de los factores que ayudan a prevenir el Parkinson, posiblemente por el papel del tocoferol en la transmisión de los impulsos nerviosos.