El uso popular más extendido del té de manzanilla es como tratamiento de problemas digestivos, al tratarse de una planta carminativa, antiespasmódica, colagoga (que estimula la actividad de la vesícula biliar) y capaz de regenerar lentamente tanto las irritaciones de la mucosa gástrica como la flora bacteriana intestinal.
Otro de los beneficios del té
de manzanilla está relacionado con su uso como antiinflamatorio natural,
gracias a su contenido en una molécula llamada betaína. Por ello se emplea el
té de manzanilla tanto en los ya mencionados problemas gastrointestinales
como en afecciones respiratorias, en este caso en combinación con otras
plantas medicinales, o en el tratamiento de afecciones cutáneas.
La manzanilla o camomila es un ingrediente habitual en los preparados cosméticos o farmacéuticos destinados a la higiene de las pieles más delicadas y/o sensibles.
Los beneficios del té de manzanilla sobre el sistema nervioso son también muy conocidos por la población de los sitios donde crece de manera silvestre. Así, para tratar el insomnio ligero, se aconseja tomar un té de manzanilla una media hora antes de ir a dormir, o también es habitual consumir este té cuando uno sufre ansiedad difusa, o ante una impresión.
Para finalizar, el té de manzanilla es diurético y estimula el funcionamiento del aparato excretor urinario.
Respecto a la costumbre de hacer baños oculares con té de manzanilla para aliviar la conjuntivitis, pese a que los principios activos de la planta son los adecuados, resulta preferible no recurrir a este tratamiento natural salvo que se pueda filtrar perfectamente la infusión de manzanilla. En ocasiones, pequeñas partículas de la planta o de algodón pueden empeorar el problema, por una irritación de tipo físico.
La manzanilla es una planta
muy segura desde el punto de vista toxicológico.
El té de manzanilla se puede consumir por el mero placer de disfrutar de su
sabor, pero cuando se superan las tres o cuatro tazas diarias, en especial si
se ingieren en poco tiempo, la manzanilla pasa a tener propiedades vomitivas, en ocasiones
aprovechadas también por la medina natural.