La vitamina B3 o niacina pertenece al grupo de las vitaminas hidrosolubles, esto es, su exceso es eliminado por la orina y por ello requiere un aporte regular en las dosis adecuadas. La niacina también es conocida como vitamina PP por su capacidad para la prevención de la pelagra.
La niacina se puede obtener directamente de los alimentos, o bien sintetizarse en el organismo a partir del aminoácido triptófano.
Entre las propiedades de la niacina está la de aparecer como coenzima en la gran mayoría de las reacciones de oxidación-reducción que tienen lugar a nivel celular, así como la de estar implicada en muchos procesos metabólicos de los hidratos de carbono y de las grasas.
Los suplementos de niacina parecen ofrecer buenos resultados en el tratamiento de las pieles con problemas de seborrea o de acné, así como en aquellas personas que presentan un elevado nivel de lípidos en la sangre, aunque incrementa los niveles de colesterol HDL (colesterol bueno).
En condiciones normales, siguiendo una dieta equilibrada no habrá carencias importantes de niacina, salvo si la base de la alimentación fuera el maíz, al ser éste cereal muy pobre en vitamina B3.
Los síntomas más habituales que denotan una carencia de niacina son problemas
dermatológicos y sensación de frío excesivo, al no realizarse correctamente
la transformación de las grasas en energía.
En los casos más graves, aparece la pelagra,
enfermedad temida hace uno siglos.
Con la alimentación es prácticamente imposible llegar a ingerir demasiada niacina, pues el excedente se elimina por la orina. Pero si se recurre a suplementos vitamínicos, en dosis masivas, la vitamina PP resulta hepatotóxica e incluso peligrosa.