El agar o agar-agar es un polvo obtenido de las algas de los géneros Gelidium, Euchema y Gracilaria. Con él se elabora una gelatina vegetal que puede ser consumida directamente o bien emplearse como espesante alimentario.
Los beneficios del agar-agar
se conocen en Japón desde hace siglos, donde su uso sigue estando aún hoy muy
extendido.
Por un lado, el agar-agar
es un alimento muy rico en fibra,
que ayuda a regular el tránsito intestinal de manera suave, sin los
efectos irritantes asociados a los laxantes.
Por otro, la capacidad para incrementar su volumen por absorción de agua es tan elevada, que el polvo de agar acaba dando como resultado alimentos o salsas bajas en calorías, ideales para regímenes de adelgazamiento.
Pese a su aporte calórico casi
nulo, el agar-agar proporciona importantes cantidades de:
Hierro,
que ayuda a prevenir estados carenciales y algunos tipos de anemia
Fósforo, indispensable para la memoria, para el sistema nervioso en general y para la correcta transformación de los azúcares en energía a nivel muscular
Magnesio, anticancerígeno a nivel preventivo y un arma eficaz para combatir la fatiga tanto física como mental
Yodo, como sucede con todas las algas, mineral que previene el hipotiroidismo; y en menor medida
Calcio, necesario para prevenir la osteoporosis y para favorecer la correcta formación de huesos y dentadura durante los periodos de crecimiento.
A las propiedades del agar-agar desde el punto de vista nutricional debe sumársele el hecho de ser un alimento de fácil digestión, adecuado para personas de todas las edades, desde enfermos o niños hasta deportistas. El agar-agar, una vez cocinado, ayuda a prevenir la deshidratación por la cantidad de agua que retiene, y dificulta la absorción del colesterol de los alimentos.