El mijo es uno de los alimentos de origen vegetal más antiguos en la dieta del ser humano. Aún hoy es muy importante en África y Asia, aunque en Europa ha quedado desplazado por la patata y el maíz
Las propiedades medicinales del mijo, según la medicina tradicional china (MTC), se deben a que es uno de los alimentos más “yang” que existen. En consecuencia, sirve para ayudar a prevenir y mitigar todas las dolencias asociadas a un exceso de “yin”, las cuales van desde infecciones como resfriados hasta problemas articulares, pasando por dolencias hepáticas y del bazo.
La medicina convencional confirma algunos de los beneficios del mijo que proclama la MTC. Por ejemplo, el mijo es el cereal más rico en hierro y un verdadero alimento antianémico, por lo que su consumo además de mejorar los niveles de algunos parámetros de la sangre proporcionaría al organismo una mayor eficacia en el transporte del oxígeno a las células.
También se ha demostrado su acción beneficiosa sobre el bazo y la capacidad de ayudar a prevenir la obesidad mediante su consumo habitual, dentro de una alimentación más o menos equilibrada.
El elevado aporte en vitaminas B1, B6, fósforo y en magnesio contribuye a combatir la fatiga física y el agotamiento nervioso, ayudando al correcto funcionamiento de los procesos neuronales y de la memoria, de nuevo cualidades que se pueden ver afectadas en un organismo con exceso de yin.
Por consiguiente, una vez más la ciencia moderna avala con sus análisis lo proclamado por medicinas ancestrales.
El mijo carece de toxicidad alguna y puede emplearse en sustitución de cualquier cereal, o bien como complemento.