La miel tan antigua como el mundo, ha representado uno de los alimentos-medicamentos más importantes de la humanidad, que ya los egipcios utilizaban para una gran cantidad de fines terapéuticos y de embalsamamiento, pero por sobre todo es uno de los alimentos naturales más energéticos que existe.
La miel es rica muy rica en hidratos de carbono, considerados como la fuente energética por excelencia del organismo, que durante la digestión se descomponen en glucosa, sustancia fundamental para el correcto funcionamiento del cerebro.
Los niveles de azúcar en la sangre determinan distintos estados anímicos, así cuando son bajos nos encontramos ante la hipoglucemia, condición en la que nos podemos sentir confusos o somnolientos, así como hacer que sea difícil de pensar.
Si el nivel de azúcar en la sangre baja demasiado, puede incluso causar la pérdida de la conciencia, pero los hidratos de carbono contenidos en la miel equilibran dichos niveles proporcionando energía rápida para el cuerpo y para el cerebro, superando el desequilibrio orgánico.
Se puede tratar la hipoglucemia con el consumo de azúcares simples, que son digeridos con facilidad por el organismo o de forma inmediata, así el consumo de dulces, beber jugos de frutas o té con miel representan las maneras más simples de llevar azúcar a la sangre rápidamente. La miel se metaboliza rápidamente debido a que es una combinación de dos azúcares simples, fructosa y glucosa, por lo cual a su vez representa la forma más sana y natural de obtener energía inmediata, cuando sentimos agobio o agotamiento psicofísico, un poco de miel no hará sentir más alertas.
Para tener en cuenta: Debemos saber que la hipoglucemia es un síntoma, no una enfermedad, siendo muy común entre los diabéticos, por un exceso de insulina o como un efecto secundario de los medicamentos. Es en este caso que resulta ideal la acción de la miel para subir rápidamente los niveles de azúcar en sangre.