La enfermedad celíaca presenta síntomas relacionados a los trastornos digestivos como distensión abdominal, vómitos, diarrea con heces de color pálido, a los que se suma la fatiga crónica, muy característica de la condición celiaca.
La gravedad de la enfermedad celiaca radica en no ser diagnosticada a tiempo, ya que es en ese caso es cuando reviste mayor gravedad, porque conforme avanza se va destruyendo las vellosidades intestinales encargadas de absorber los nutrientes esenciales de los alimentos, generando desordenes nutricionales que pueden desencadenar varias enfermedades como la anemia, la diabetes, la osteoporosis, enfermedad de la tiroides y el cáncer gastrointestinal.
El mejor tratamiento se basa en una dieta estricta libre de gluten, que en la actualidad es muy fácil de llevar por la concientización general de la enfermedad, que ha inducido a las industrias alimentarias a generar alimentos especiales sin gluten, haciendo la vida de los celiacos mucho más fácil.
El gluten como proteína no es esencial por ello se puede prescindir de ella reemplazando sus fuentes como el trigo, el centeno y la cebada, por otros alimentos como el arroz y el maíz. No existe restricción para el consumo de verduras o productos cárnicos, pero es recomendable evitar las grasas o los picantes, para no maltratar el sistema digestivo, que puede tener un alto grado de susceptibilidad debido a la condición.
Es más que recomendable el consumo de yogurt con pro bióticos, ya que los pro bióticos favorecen la salud de la flora intestinal.