La retención de líquidos es un problema común, este trastorno se produce cuando los vasos sanguíneos y linfáticos vierten demasiados fluidos a los tejidos o bien cuando no hay un correcto retorno de los tejidos a los vasos.
Las causas de la retención hídrica pueden ser varias: insuficiencia cardíaca, hepática o renal, mala circulación y varices, menopausia, menstruación, obesidad, embarazo... Y los síntomas más característicos de este trastorno son los siguientes: distensión abdominal, piernas hinchadas (especialmente los tobillos) y con sensación de pesadez y sensación de hinchazón en general. En ocasiones, la cantidad de fluidos retenida es tal que puede ser un factor importante para desarrollar sobrepeso.
El tratamiento para la retención de líquidos pasa primeramente por tratar la causa, por lo que es imprescindible ser valorado por un profesional sanitario adecuado, pero también podemos incorporar ciertas medidas a nuestros hábitos de vida y alimentación que pueden aliviar todos los síntomas causados por la retención hídrica.
Los espárragos blancos son un alimento idóneo para aliviar los síntomas de la retención de líquidos. En su composición encontramos ciertos aminoácidos y otras sustancias que favorecen la diuresis del organismo, aumentando la producción de orina y de este modo nos podemos deshacer más fácilmente de los fluidos sobrantes.
Podemos tomarlos solos o acompañados de otras
verduras, junto a platos proteicos (carnes o tortillas) y también en ensaladas
completas. Sería beneficioso poder tomarlos cada día.
Otros alimentos que nos pueden ayudar a aliviar la retención hídrica son los
fresones y los ajos.
Además de incluir espárragos blancos en nuestra dieta también es importante que intentemos seguir una dieta sana y equilibrada, mantener nuestro peso, realizar actividad física regular pero suave y procurar no pasar mucho tiempo sentados ni de pie, pasear siempre que sea posible.