A pesar de que el resfriado común y la gripe comparten muchos síntomas similares, no son del todo lo mismo, los síntomas de un resfriado generalmente son más leves que los de la gripe que incluye además pérdida del apetito, náuseas, escalofríos y sudores.
Ambas son una enfermedad vírica que se suele contraer con mayor facilidad en estaciones otoñales e invernales, no existe cura y tienen una duración limitada de unos siete días aproximadamente, por tanto, una vez desarrollado el virus el tratamiento de la gripe y del resfriado va únicamente dirigido a aliviar los síntomas tales como fiebre, dolor muscular, dolor de cabeza… etc.
Las personas más propensas a padecer resfriados y gripes son aquellas que presenten un sistema inmunitario más débil, para mantener en correcto estado este sistema es imprescindible mantener en un estado óptimo las células de defensa. Estas células como todas las demás necesitan de gran variedad de nutrientes pero para retardar su oxidación y muerte celular es imprescindible la vitamina C.
La vitamina C posee un rico contenido en antioxidantes, los antioxidantes retrasan la muerte celular y por tanto optimizan el funcionamiento de las células (incluyendo las células que forman nuestro sistema inmunitario).
También aumenta la producción de anticuerpos, estimula la fagocitosis de cuerpos extraños y aumenta el reconocimiento de agentes patógenos como bacterias, virus, etc.
Ingerir diariamente complementos nutricionales con Vitamina C o alimentos ricos en vitamina C tales como frutas (principalmente cítricos), verduras y hortalizas puede prevenir la gripe y el resfriado, o en el caso de haber desarrollado ya esta enfermedad, el hecho de que la vitamina C estimule las células del sistema inmunitario se traduce en una recuperación más breve y en un alivio importante de los síntomas.