El tratamiento de la tos infantil con remedios caseros o naturales forma parte del folclore de la humanidad a través del tiempo, así por ejemplo los mas conocidos y efectivos por haberse mantenido vigentes hasta hoy, son el limón, la miel y sopa de pollo, los cuales evitan la prevalencia de síntomas después de un resfrío, sin embargo en algunos casos cuando la tos persiste se debe tener en cuenta que puede ser la causa de una enfermedad más grave, como neumonía y en tal caso se debe consultar a un profesional.
Beber agua caliente con un poco de limón y miel, ayuda a aflojar la congestión pulmonar y actúa como un supresor natural de la tos, según la Clínica Mayo, por lo cual se recomienda administrarla al acostarse o cuando el niño está tosiendo. Su preparación es tan simple como hervir agua y añadirle 1 cucharada de jugo de limón y 1 cucharadita de miel (esta última no se debe administrar a niños menores de un año).
La sopa de pollo es un remedio casero de comprobada eficacia para el alivio de una variedad de síntomas del resfriado y la gripe, incluyendo problemas de garganta, congestión nasal y tos, ya que funciona como un potente anti-inflamatorio natural que ayuda a reducir la hinchazón y la irritación en la garganta mientras que afloja la mucosidad pulmonar y de los conductos nasales.
El jarabe de cebolla es un antiguo remedio casero tan popular como efectivo, ya que la cebolla es considerada como una panacea por tratar un sin numero de enfermedades, pero en lo que respecta a las respiratorias destaca. El jarabe de cebolla se elabora a partir de una cebolla grande que deberá ahuecarse en el centro sin llegar a atravesarla totalmente y donde se colocara miel o azúcar, para llenar el hueco, al transcurrir de las horas se derretirá el azúcar o la miel y el jugo resultante es el preciado jarabe de cebolla para tratar todo tipo de tos infantil. Se recomienda para los niños una cucharita pequeña cada 2 horas cuando los síntomas son agudos y se ira espaciando a medida que mejore en los días sucesivos.