Las quemaduras son lesiones en la piel provocados por una fuente de calor (o de frío excesivo), por radiaciones, por electricidad o por sustancias químicas. En función de la profundidad del tejido afectado se distinguen quemaduras de primer, segundo, tercer y cuarto grado, siendo necesario para estos dos últimos casos acudir a un médico.
Los remedios naturales propuestos a continuación están indicados para quemaduras de primer o de segundo grado. Actúan acelerando la regeneración de la epidermis, o incluso la dermis, dañada por la quemadura.
Se prepara un oleato con un puñado de flores secas de hipérico, cubiertas ligeramente por un aceite vegetal de base, como pueden ser el de oliva, el de girasol o, mejor aún, el de almendras dulces.
La mezcla se guarda en un recipiente opaco y se deja macerar durante siete a diez días, agitando suavemente una o dos veces al día. El recipiente se pondrá preferiblemente en un lugar cálido.
Transcurrido ese tiempo se cuela el líquido rojizo, se desechan las flores secas y el remedio natural se guarda en botella opaca, en lugar fresco y seco. Este tratamiento casero se conserva durante unos pocos meses y debe aplicarse dos o tres veces al día en la zona afectada, habiéndola aclarado previamente con agua fría y dejado secar.
Este remedio casero permite evitar la aparición de ampollas si se aplica con rapidez. Debe tenerse el oleato preparado con antelación. Además, al ser el hipérico fototóxico, no conviene exponer la zona afectada y tratada a luz solar intensa durante los dos o tres días que se aplique este tratamiento para las quemaduras.
El aceite de rosa mosqueta es uno de los productos más regenerantes para la piel que se conoce. Para tratar las quemaduras debe emplearse puro, y preferentemente obtenido de primera presión en frío.
Tras poner la zona afectada bajo el grifo de agua fría y secar con cuidado la primera vez, se aplican unas gotas del aceite, dando un suave masaje hasta su absorción. Se repite la operación, ya sin necesidad del agua fría, cada ocho o cada seis horas. A medida que se consiga aliviar la quemadura, se van espaciando las aplicaciones.