Uno de los beneficios para la salud más destacado que ofrecen las semillas de calabaza tostadas es su capacidad para proteger contra los parásitos intestinales, los cuales se desarrollan cuando se rompe el equilibrio entre las especies bacterianas que ayudan en la digestión y las que no.
Cuando hacen su aparición los parásitos en el sistema digestivo se producen la enfermedad, sin embargo según la Universidad de Maryland, consumir semillas de calabaza tostadas junto a mucho líquidos, ayuda a eliminarlos.
Las semillas de calabaza son ricas en compuestos químicos muy importantes para la señalización cerebral, lo que se traduce en favorecer la comunicación entre dichas moléculas químicas conocidas también como llamadas “neurotransmisores”.
La síntesis de varios neurotransmisores requiere la presencia de tirosina, un aminoácido que las semillas de zapallo contiene en abundancia, según el Instituto Franklin.
Por lo tanto las semillas de calabaza tostadas puede apoyar la generación de neurotransmisores tales como la norepinefrina, implicado en la conformación de la memoria.
Las semillas tostadas de calabaza pueden contribuir a la prevención de enfermedades del corazón, ya que contienen ácidos grasos especializados conocidos como omega-3, siendo por lo tanto una de sus fuentes vegetales, ya que estos suelen obtenerse en su mayoría del pescado.
Los omega-3 puede ayudar a tratar los factores de riesgo de las enfermedades del corazón, incluyendo la presión arterial alta y el colesterol alto.
El consumo de semillas de calabaza brindan soporte a la salud ocular según la Universidad Estatal de Utah, por su gran contenido de vitamina A, un nutriente que ayuda a mantener la salud de los ojos, ya que la retina que es el tejido que recubre la parte posterior de los ojos la utiliza para ayudar a detectar la presencia de la luz.
La vitamina A también ayuda a transmitir información visual a las células nerviosas, permitiendo al cerebro procesar las imágenes que ve, según el Instituto Linus Pauling.