En cualquier dieta equilibrada se necesitan tres nutrientes: proteínas, grasas e hidratos de carbono. Las castañas son muy ricas en los dos últimos.
Generalmente los frutos secos, como por ejemplo las nueces, son muy ricos en grasas y muy pobres en hidratos de carbono. En el caso de las castañas estamos hablando de un fruto seco muy peculiar ya que la mitad de su composición está formada por hidratos de carbono (50 gramos aproximadamente por cada 100 gramos de castañas) y las grasas se encuentran en menor medida, sólo 26 gramos por cada 100 gramos de castañas.
Esto hace que las castañas engorden mucho menos que cualquier otro tipo de fruto seco.
Existe la creencia de que los hidratos de carbono también engordan, pero esto no es del todo cierto. Los hidratos que ofrecen las castañas son de absorción lenta, esto quiere decir que su energía se libera y se absorbe de manera progresiva, evitando un aumento drástico de los niveles de azúcar en sangre, y por tanto, disminuyendo la formación de grasa a partir de la glucosa.
La composición de las castañas en macronutrientes (hidratos y grasas) las hacen ideales para tomar en cualquier dieta equilibrada, y también en dietas de adelgazamiento.
Además de su composición en macronutrientes las castañas contienen otras sustancias de las que se derivan múltiples beneficios para nuestra salud.
Ahora ya conoces los principales propiedades de las castañas así que no las apartes de tu dieta, porque además, llegan en otoño, y tomarlas asadas es una opción extraordinaria para nutrirse bien y adaptarse mejor a la bajada de temperaturas.