El castaño de Indias es un árbol con un fruto mayor en tamaño al del castaño común, y con propiedades medicinales muy destacadas.
Entre los beneficios del castaño de Indias sobre el sistema circulatorio se pueden citar el aumento de la resistencia de los capilares, la disminución de su permeabilidad, su poder vasoconstrictor, su efecto antiinflamatorio y su actividad antiedematosa. Por todo ello resulta un remedio natural muy eficaz para aliviar varices, hemorroides, flebitis y problemas de mala circulación periférica.
Antiguamente se usaba el castaño de Indias para combatir la malaria cuando no se disponía de quinina.
El castaño de Indias proporciona alivio a quienes padecen de la próstata, por su efecto antiinflamatorio.
La corteza del árbol posee propiedades hemostáticas, es decir, ayuda cortar las hemorragias. También mejora procesos de gingivitis. No obstante, algunas partes de la planta contienen un potente anticoagulante.
Por vía tópica (agua de cocción) se aprovechan los beneficios del castaño de Indias para aliviar celulitis y cuperosis, así como inflamaciones de la piel relacionadas con procesos de hipersensibilidad. Además actúa como filtro solar natural, protegiendo la piel de quemaduras, a la vez que la nutre y suaviza por su elevado contenido en alantoína, otro componente habitual en productos cosméticos y de higiene.
Por si todo esto
fuera poco, ayuda a la cicatrización de
pequeñas heridas, dificultando a la vez su infección y reduciendo la
posible inflamación. Y puede emplearse en el tratamiento de sabañones.
El castaño de Indias está contraindicado en mujeres embarazadas o en periodo de lactancia, así como en personas con problemas de coagulación.