Los beneficios del ginkgo para la salud se deben a la sinergia de la multitud de principios activos que contienen sus hojas.
Las hojas del ginkgo biloba son una valiosa fuente de antioxidantes antienvejecimiento y capaces de prevenir diversos tipos de cáncer así como de frenar el avance de múltiples patologías degenerativas.
Por otro lado, el ginkgo mejora la circulación en general, protegiendo los vasos sanguíneos, y más específicamente la circulación cerebral, asegurando con ello un correcto aporte de oxígeno al cerebro. Esta es la explicación a las mejorías observadas en la memoria con su consumo en periodos breves de tiempo, tanto en casos de jóvenes estudiantes como en problemas de riego asociados a la edad. El ginkgo biloba también se utiliza para ralentizar ligeramente la pérdida de memoria en las primeras etapas del Alzheimer y la demencia senil.
La correcta oxigenación cerebral permite aliviar la sintomatología de vértigos
de diversa etiología, especialmente aquellos relacionados con hernias de disco
y/o artrosis cervical. A ello se le suma la acción estimuladora de la síntesis de dopamina, responsable entre
otras cosas del equilibrio.
Fluidifica ligeramente la sangre, evitando trombos, pero sin crear riesgo de hemorragias severas. Y la unión de estas dos acciones hace que el ginkgo biloba sea eficaz en la prevención y atenuación de migrañas y dolor de cabeza.
Aplicado de manera tópica, el ginkgo favorece la microcirculación y es un excelente tónico de la piel y el cuerpo cabelludo, motivo por el que está presente en preparados para frenar la alopecia.