El mangostán es una fruta tropical originaria del sudeste asiático que se puede comparar en peso y forma con la mandarina de color púrpura oscuro, cáscara dura y profunda; actualmente puede obtenerse además de su forma natural, en cápsulas, tabletas o preparados fitoterapéuticos, que han demostrado capacidad para beneficiar a una variedad de problemas de salud, entre ellos las del tipo inflamatorio que afectan los niveles articulares, cardiovasculares o desarrollan cáncer.
Según especialistas de la Clínica Mayo a través de distintos estudios se han comprobado efectos anti-inflamatorios del mangostán gracias a su contenido en xantonas, un tipo de sustancia química que ha demostrado ser las responsables de dichos efectos.
Según la Sociedad Americana del Cáncer, estudios en el laboratorio del mangostán ha demostrado tener la capacidad de frenar el crecimiento de ciertas células cancerosas, propiedad encontrada en la cáscara de la fruta por representar una gran fuente de antioxidantes que protegen contra el cáncer y enfermedades del corazón.
Otra propiedad saludable comprobada del mangostán es la capacidad de matar algunas bacterias y hongos, que según la Sociedad Americana del Cáncer los incluye en estos primeros estudios de la investigación adicional que se deben hacer para probar si la fruta puede ayudar a prevenir el cáncer en los seres humanos.
El jugo de mangostán se ha utilizado durante años en Asia para tratar una variedad de dolencias, así por ejemplo su medicina tradicional o natural lo utiliza a modo de ungüento elaborado a partir de su corteza para tratar el eccema, heridas e infecciones. Otros usos tradicionales incluyen la elaboración de una bebida a partir de la corteza o las hojas para hacer frente a las infecciones, detener la diarrea, para tratar problemas menstruales y elevar el sistema inmune.
Uno de los últimos estudios de laboratorio ha demostrado que el mangostán puede detener el crecimiento de la bacteria que causa el acné, una de las afecciones dérmicas más comunes, pero cuyos alcances pueden llegar a ser graves, ya que afectan los niveles psíquicos, estimulando a estados depresión y estrés, origen de diversas enfermedades.