La pasiflora, planta trepadora de hermosas flores, o flor de la pasión debe su nombre a la semejanza de éstas con la corona de espinas que llevó Jesucristo y al parecido de sus tres estilos con los tres clavos que le atravesaron en la cruz.
En fitoterapia son muy conocidos los beneficios de la pasiflora en el tratamiento de diversas dolencias nerviosas. Incluso algunos medicamentos incluyen entre sus componentes la tintura de esta planta.
La pasiflora posee una acción sedante del sistema nervioso central en general, pero a la vez no provoca somnolencia diurna ni dependencia. Puede consumirse pasiflora y manejar maquinaria peligrosa siempre que no se excedan las dosis recomendadas.
Los beneficios de la pasiflora se dejan sentir también en los problemas de insomnio, especialmente si cursan con problemas para conciliar el sueño o con numerosos despertares nocturnos.
La capacidad de la pasiflora para estabilizar estados emocionales alterados la hacen un buen aliado en personas que sufren depresión estacional o ansiedad, incluso se emplea en la deshabituación de psicofármacos.
Por otro lado, la pasiflora posee propiedades calmantes del dolor que resultan muy útiles para aliviar algunos de los síntomas que acompañan a los procesos ansiosos, como las cefaleas o las migrañas. Sirve también para regular alteraciones como un exceso de ganas de orinar, palpitaciones o nauseas, siempre que sean de origen somático.
Utilizando la dosis adecuada, la pasiflora puede emplearse en niños y ancianos sin peligro, y puede acompañar tratamientos farmacológicos sin presentar interacciones.