El Pino Silvestre posee múltiples propiedades medicinales, aprovechadas para confeccionar remedios caseros a modo de tratamiento natural para el reumatismo, infecciones vaginales y para eliminar toxinas del cuerpo.
La yema y agujas del Pino Silvestre en Remedios
naturales
Los aceites contenidos en las yemas y las hojas o agujas del
pino silvestre, conífera muy abundante en el hemisferio norte, en especial en
climas poco calurosos, han sido desde muy antiguo aprovechados en numerosos
remedios caseros.
- Remedios caseros para aliviar el reumatismo con pino
silvestre
Para calmar los dolores
reumáticos se pueden emplear decocciones o bien jarabe de pino silvestre.
La decocción más empleada consiste en hervir durante 20
minutos 50 gramos
de agujas de pino silvestre en un litro de agua. Una vez templado y filtrado
puede edulcorarse si se desea y se aconseja tomar una o dos tazas en el día,
reservando este tratamiento para cuando las molestias del reuma sean mayores.
El jarabe de pino se prepara con 100 gramos de yemas de
pino, 100 ml de orujo o aguardiente, un litro de agua y 600 gramos de azúcar. Se
dejan macerar las yemas en el orujo durante cuatro días. Transcurrido ese
tiempo, se verte sobre la maceración el agua con el azúcar previamente diluido
y se hierve todo durante unos 10 minutos al baño María. Una vez hecho esto se
filtra y se toman tres o cuatro vasos pequeños (tipo chupito) al día, cuando
las molestias del reumatismo sean más intensas.
- Remedio casero para elaborar un diurético con yemas de
pino
Se dejan macerar 50 gramos de yemas de pino silvestre en un
litro de cerveza durante cuatro o cinco días. Transcurrido ese tiempo, la
cerveza se filtra y ya se puede proceder a tomar un vaso de la misma al día.
Contraindicaciones: Este remedio, por contener alcohol, no debe suministrarse a nichos, a
mujeres embarazadas o en periodo de lactancia ni a enfermos con problemas de
alcoholismo o de insuficiencia hepática.
- Remedio casero contra la leucorrea con pino silvestre
Tradicionalmente, las afecciones
del aparato genital femenino como la leucorrea solían tratarse con
irrigaciones vaginales preparadas con plantas medicinales. En la actualidad la
práctica ha caído en desuso porque las irrigaciones pueden alterar el
equilibrio de la flora bacteriana que protege el aparato genital femenino, y se
suele optar por tratar la laucórrea con antibióticos.
De todas formas, pueden surgir situaciones en las que no se
disponga de un médico cerca ni del antibiótico adecuado, por ello se explica a
continuación este remedio casero, advirtiendo que se use sólo si no se puede
acudir al médico.
Se hierven en un litro de agua 60 gramos de yemas de
pino silvestre. Una vez templado o frío, con este líquido bien filtrado se
realizará una ducha vaginal y se repetirá el proceso una vez al día hasta la
total curación.