Uno de los síntomas más habituales de la depresión nerviosa es la pérdida de apetito o las malas digestiones. En muchas ocasiones se atrofia el sentido del gusto y eso afecta al mecanismo que provoca sensación agradable cuando se come porque se tiene hambre.
Por otro lado, una depresión nerviosa grave lleva a alterar los niveles de muchos parámetros sanguíneos, por lo que es necesario adoptar una dieta para la depresión, que no curará la enfermedad por sí sola pero ayudará en el proceso de recuperación.
Los alimentos que no deben faltar en la dieta de un enfermo de depresión son varios, pues cada uno o cada grupo posee propiedades medicinales o nutricionales importantes. En primer lugar, es imprescindible consumir alimentos ricos en el ácido graso omega 3 DHA, que ayuda en las funciones cerebrales. El DHA se encuentra fundamentalmente en el pescado azul, aunque también lo contienen frutos secos como las nueces y semillas, como es el caso del lino.
Se ha podido establecer una relación entre dietas pobres en DHA y una mayor incidencia de la población en cuadros depresivos.
Para ayudar en el tratamiento de la depresión no pueden faltar nunca las vitaminas B1, B6 y B12, hasta el punto de que en ocasiones se recetan suplementos en dosis masivas al comienzo del tratamiento.
Estas tres vitaminas, que se encuentran fundamentalmente en carnes, pescados, copos de avena y legumbres, intervienen en los procesos relacionados con el sistema nervioso. Hay que recordar que la vitamina B12 sólo se encuentra en alimentos de origen animal y en las algas, en cantidades importantes.
El magnesio ayuda a controlar la ansiedad que suele acompañar a la depresión (aunque sean enfermedades diferentes) y también la astenia tanto física como mental. Puede consumirse en comprimidos o recurrir a las semillas de sésamo, los frutos secos, el chocolate negro (cuanto más puro, mejor) o los plátanos.
Para terminar, siempre que la depresión no curse con ansiedad, el uso moderado de estimulantes como el café, el té o el guaraná puede ser de gran ayuda en estados depresivos leves.
También ayudan a tratar la depresión nerviosa el tomar alguna infusión relajante antes de irse a la cama, pues el sueño de calidad es un factor imprescindible en la recuperación de esta enfermedad.