La tiroides es una glándula con forma de mariposa que se ubica en la parte frontal del cuello por debajo de la nuez de Adán, que puede inflamarse y agrandarse por cambios ambientales, deficiencias alimenticias o toxinas y cuando esto sucede nos encontramos en presencia del bocio.
Esta manifestación no necesariamente puede indicar una enfermedad de la glándula, sino también algún tipo de desequilibrio orgánico.
Una deficiencia de yodo suele ser uno de los factores mas comunes como desencadenantes del bocio, por ello se recomienda para prevenirlo alimentos ricos en el mineral como el kelp o chucrut elaborado a base de repollo entre otros, sin embargo las remolachas contienen muy poco o nada de yodo, pero su riqueza en fitonutrientes, llamados betalaínas, posee propiedades antioxidantes, anti-inflamatorias y desintoxicantes que de acuerdo con la medicina herbaria moderna, la combinación de éstos compuestos puede inhibir la actividad de las enzimas COX-1 y COX-2, limitando la inflamación y la hinchazón en el cuerpo.
En consecuencia consumir tanto las raíces de la remolacha o sus hojas puede ayudar a reducir los síntomas de bocio que tengan su origen en factores distintos de la deficiencia de yodo.
Las betalaínas contenidas en la remolacha pueden ayudar a reducir la hinchazón en la glándula tiroides, de acuerdo con los "Principios y Práctica de la Fitoterapia”, pero se debe tener en cuenta que una cocción a temperaturas elevadas o en el microondas del vegetal puede destruir muchos de sus fitonutrientes beneficiosos, por ello para conservar la mayor cantidad de nutrientes se deben hervir al vapor u hornear antes de pelarlas, tarea que se recomienda realizar solo después de cocinadas, de esta forma las remolachas conservarán la mayoría de sus propiedades saludables ante el bocio.