El hongo reishi, nombre japonés con el que es más conocido, u hongo lingzhi para la medicina tradicional china es una seta medicinal muy apreciada en toda Asia desde unos 2000 años antes de Cristo.
En la actualidad, el uso más extendido del hongo reishi está relacionado con su actividad adaptógena, esto es, ayuda al organismo a sobrellevar mejor periodos de intensa actividad física o mental. Para ello, en ocasiones se consume mezclado con otros hongos de acción similar, como el maitake o el shiitake.
Entre las propiedades medicinales más interesantes del hongo reishi debe destacarse su capacidad de elevar las defensas del organismo y, a la vez, disminuir la intensidad de las inflamaciones de tipo alérgico. Esta acción sobre el sistema inmunológico unida a su capacidad para aliviar las molestias asociadas a la quimioterapia han proporcionado al hongo reishi fama más allá de los círculos de las medicinas tradicionales y naturalistas. No obstante, siempre se debe consultar al oncólogo la inocuidad o la conveniencia de realizar un tratamiento con hongo reishi cuando se está recibiendo quimioterapia, pues existe riesgo de interacciones indeseadas según el fármaco empleado.
El hongo reishi, cuando se incorpora a la dieta de manera normal, posee la capacidad de ayudar a la prevención de algunos tipos de cáncer. Además, consumido como lo que es, un alimento, se evitan los riesgos de efectos secundarios que aparecen en algunas personas que consumen suplementos de hongo reishi a altas dosis durante varios meses sin descanso y permite aprovechar sus beneficios como preventivo de la formación de trombos y, en general, como alimento que ayuda a llevar una buena y saludable vejez.