De las semillas de la borraja, planta comestible, se extrae el aceite de borraja que es muy rico en ácidos grasos esenciales del tipo omega 6, concretamente en los ácidos linoénico y gamma-linolénico, que deben ser ingeridos con la alimentación puesto que el organismo humano no es capaz de sintetizarlos.
El ácido gamma-linolénico puede ser transformado en prostaglandinas. Las prostaglandinas son moléculas que intervienen en los procesos inflamatorios y en otras funciones inmunológicas, no obstante, la prostaglandina en la que el organismo convierte el ácido gamma-linolénico ayuda a controlar los procesos inflamatorios de manera natural, sin la intervención de hormonas.
Esto explica las propiedades medicinales del aceite de borraja como antiinflamatorio natural, muy empleadas para aliviar los problemas asociados al síndrome premenstrual y también en el tratamiento de la artrosis.
Por vía externa, el aceite de borraja permite el tratamiento de todo tipo de eccemas y dermatitis salvo la dermatitis seborreica. Y resulta de especial utilidad en el caso de dermatitis atópica.
El aceite de borraja posee unas sustancias que, al ser metabolizadas por el organismo, se transforman en toxinas que pueden llegar a afectar al hígado. Por ello se desaconseja el uso por vía oral del aceite de borraja en tratamientos prolongados o en personas con problemas hepáticos así como en mujeres embarazadas. Para estos casos conviene emplear aceite de onagra si la patología a tratar lo permite.