Los alimentos vegetales con un alto aporte proteico, algunos capaces incluso de sustituir a la proteína animal.
Los beneficios de la proteína vegetal de calidad frente a la proteína
animal procedente de animales hacinados en granjas son numerosos: no se
ingieren hormonas, ni antibióticos en cantidades muy superiores a las
recomendables, se evitan algunos riesgos para la salud producidos por animales
enfermos, etc.
Aunque tal vez la gran ventaja de las
proteínas de origen vegetal es el de ser, junto con las proteínas de
pescado blanco, las de más fácil digestión, adecuadas para
personas con problemas digestivos.
El problema de las proteínas vegetales es que suelen ser de peor calidad para nuestro organismo, a excepción de las proteínas de una legumbre muy especial: la soja.
Todos los productos elaborados a base de soja constituyen una importante fuente de proteínas, pero de entre ellos destaca uno en especial, el tofu. Existen varios tipos de tofu, un producto sólido que recuerda en su textura al queso fresco a veces, o poco curado en otras ocasiones, siendo más proteico y nutritivo cuanto más extracto seco presente.
Los beneficios del tofu se complementan con un importante aporte de hierro y de calcio, una acción protectora frente al colesterol y un aporte de isoflavonas que ayudan a reducir las molestias de la menopausia. Resulta la alternativa perfecta para personas que requieran bajar su colesterol.
De mayor contenido proteico, aunque de una calidad un poco menor, está el seitán, que no es otra cosa que pasta de gluten, una proteína del trigo. La ventaja del seitán es que presenta una textura similar a la carne, incluso adquiere un sabor muy parecido al ser condimentado, manteniendo intactas sus propiedades digestivas.
Es muy importante señalar que el tofu puede ser consumido por cualquier persona, excepto por quienes sean alérgicos a la soja. Con respecto al seitán está completamente contraindicado en enfermos celíacos.