Los beneficios de las almendras para las embarazadas se deben en gran medida al poder nutritivo de estos frutos secos y, a la vez, a su facilidad para ser digeridas. Tanto es así que el consumo de unas pocas almendras entre horas, cuando se notan náuseas o vómitos, puede ser suficiente para acabar con el problema.
Durante el embarazo aumentan los requerimientos de calcio y la almendra
es un alimento muy rico en este mineral. No en vano, la leche de almendra es una de
las opciones más habituales entre las personas que no pueden consumir lácteos.
De todas formas, si la mujer no presenta alergias o intolerancias, debe combinar los productos lácteos con las almendras y/o con las semillas de sésamo.
Otro de los beneficios de las almendras es que constituyen una importante fuente de proteínas, las encargadas de formar muchos tejidos del feto, así como de grasas saludables, que ayudan al correcto desarrollo del sistema nervioso en el futuro bebé.
Los aportes de vitaminas del grupo B, incluyendo el ácido fólico, así como de hierro y de magnesio contribuyen a combatir la habitual anemia que suele aparecer en los meses cuarto o quinto del embarazo. Por otro lado el magnesio disminuirá la sensación de fatiga que pueda producirse por el incremento de peso, y a la vez ayudará junto con las vitaminas B1 y B6 a mantener el ánimo sereno.
Es muy importante señalar que existen personas alérgicas a los frutos secos las cuales, como es lógico, no pueden incluir las almendras en su dieta.