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Versión para imprimir del artículo Trigo Sarraceno en el Control Natural de la Diabetes. No incluye formatos especiales ni imágenes.
El alforfón o trigo sarraceno contiene casi 86 miligramos de magnesio por taza, un importante suministro para nuestra salud, ya que este mineral entre sus muchas funciones orgánicas se encarga de relajar los vasos sanguíneos, mejorando el flujo de sangre y nutrientes, situación que a su vez reduce la presión arterial, mejorando la salud cardiovascular que suele ser deficiente en la condición diabética.
Los nutrientes contenidos en el alforfón contribuyen al control de la glucemia, según un estudio que comparó el efecto sobre el azúcar de la sangre tras el consumo de trigo sarraceno, que redujo significativamente la glucosa en sangre y la respuesta a la insulina, además de satisfacer la sensación de hambre y por lo tanto favorecer el control de peso, algo muy importante para la enfermedad diabética.
Investigaciones sobre los efectos de los cereales integrales y la incidencia de diabetes, llevados a cabo sobre mujeres norteamericanas que consumían un promedio de 3 porciones de granos enteros al día, demostraron tener un 21 por ciento menos de riesgo a padecer diabetes, en comparación con las que comían solo una porción por semana.
Investigadores canadienses, publicaron sus hallazgos en la revista Journal of Agricultural and Food Chemistry, donde expusieron nuevas pruebas sobre el alforfón y su utilidad en el tratamiento de la diabetes, así lo demostró un estudio controlado con placebo, en el cual se dio una dosis única de extracto de semilla de trigo sarraceno, cuyos efectos se tradujeron en una reducción de los niveles de glucosa en sangre que osciló entre el 12 y el 19 por ciento entre los 90 y 120 minutos después de administrado.
El componente contenido en el alforfón responsable de la reducción de la glucosa en sangre es el “chiro-inositol”, un compuesto que ha demostrado poder desempeñar un papel significativo en el metabolismo de la glucosa, estabilizándola y favoreciendo la acción de la insulina.
Aunque los investigadores aún no saben exactamente cómo es el mecanismo de acción, la evidencia preliminar sugiere claramente que este compuesto hace que las células sean más sensibles a la insulina e incluso puede actuar como un imitador de la misma.
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