Los cálculos renales son depósitos mayormente de calcio combinados con sales de oxalato o fosfatos en los riñones. Inicialmente los síntomas son dolor agudo en la espalda y costillas, luego se moviliza a la zona pélvica hasta la ingle y persiste hasta que él o los cálculos son eliminados por la orina o extirpados quirúrgicamente.
Para el tratamiento de los cálculos renales, la disminución del consumo de calcio no es una solución porque no evitará su formación, dado que los oxalatos son la materia prima de los cálculos, y este se absorbe aun más cuanto mayor sea la restricción del consumo de calcio. Por lo tanto, lo que debe evitarse en una dieta adecuada contra cálculos renales es el consumo de alimentos ricos en oxalatos.
Los alimentos fuente de sales de oxalato son la acelga, espinaca, perejil, achicoria, remolacha, chocolate, frutos rojos, frutas secas, te, salvado de trigo, y maní. Esta dieta debe ser acompañada con un buen aporte de calcio para desalentar la absorción excesiva de oxalatos, incorporando lácteos a la dieta, principalmente.
Beber abundante líquido, especialmente agua, es otra indicación importante en esta patología debido a que previene y trata la formación de cálculos.