Remedios caseros a base del Ajo y sus propiedades medicinales
El ajo era apreciado ya en el antiguo Egipto por sus propiedades medicinales. Sus beneficios para la salud se suelen aprovechar consumiendo ajos, crudos o cocinados, aunque la sabiduría popular también ha conservado una serie de tratamientos naturales a base de ajo con otras preparaciones.
- Remedio casero contra el insomnio con ajo
En una taza de leche a punto de hervir, se retira del fuego y se añade un ajo machacado. Se deja reposar la mezcla al menos 10 minutos y ya está listo este remedio casero contra el insomnio, que se preparará y tomará unos minutos antes de irse a la cama, para aprovechar el efecto sedante del triptófano de la leche. Puede edulcorarse si se desea, preferiblemente con miel.
- Remedio casero contra las lombrices en niños a base de ajo
Se realiza la misma preparación que en el remedio casero anterior, a base de leche caliente y ajo machacado, pero en esta ocasión con unos 4 ajos por vasito de leche. Se darán al niño afectado por lombrices dos o tres cucharadas diarias de la mezcla así obtenida, aunque si transcurridos unos días no se observa una mejora, se hace necesaria la visita al doctor.
- Tratamiento natural contra la hipertensión con ajo
Controlar la hipertensión leve a moderada es tan sencillo como añadir a la alimentación uno o dos ajos diarios, crudo, licuado, en las comidas o en forma de cápsulas.
- Remedio casero contra el reumatismo a base de ajo
Para aliviar las molestas del reuma se puede aplicar una cataplasma sobre las zonas doloridas o inflamadas, elaborada con un puñado de dientes de ajo machacados en crudo, extendiendo la pulpa sobre un paño de algodón o una seda, preferiblemente calientes.
- Remedio casero contra contagios a base de ajo
Cuando hay epidemias de enfermedades que se transmiten por el aire o por contacto, como puede ser la gripe, la higiene es fundamental. Si no se dispone de geles antibacterianos, se pueden realizar enjuagues, gargarismos y también enjuagar las manos con un vinagre especial.
Para la elaboración de este vinagre se necesitan unos 20 gramos: de ajenjo mayor, romero, salvia, menta y lavanda. La fórmula original también incluía ruda, pero esta planta, tóxica, debe emplearse con cuidado y no es raro que produzca reacciones alérgicas.
Se necesitan además 30 gramos de canela, nuez moscada y ajo, así como unos 5 gramos de alcanfor.
Todo ello se deja macerar en algo más de un litro de vinagre de vino durante al menos una semana, en un frasco de vidrio esmerilado o de color, para proteger los principios activos de la fotodescomposición. Transcurridos unos 10 días se cuela el líquido obtenido y se guarda en una botella que proteja la mezcla de la luz. A falta de otro producto.
Esta preparación es un buen desinfectante que puede aplicarse incluso en pequeñas heridas abiertas, pero no debe ser ingerido.