Los beneficios del clavo de olor en caso de problemas digestivos son uno de los motivos por los que ya en el antiguo imperio chino se empleara y apreciara esta especia. Así, el clavo sirve para tratar tanto a personas inapetentes como las digestiones pesadas, al estimular las secreciones salivares y gástricas. Por otro lado, el clavo es astringente y se puede emplear en caso de diarreas no complicadas, pese a la recomendación habitual de no consumir comida especiada si se está pasando por un proceso diarreico.
Otro de los beneficios del clavo es el de mitigar las nauseas, tanto debidas a malas digestiones como a mareos del viajero. Este uso del clavo está muy extendido en la India.
Las propiedades medicinales del clavo de olor se dejan sentir también en el aparato respiratorio. Por sus propiedades expectorantes y antitusivas, el clavo alivia la sintomatología de resfríos e incluso bronquitis. Además, el clavo permite combatir el mal de altura, síntomas que aparecen, por ejemplo, en alpinistas cuando ascienden a una cumbre elevada demasiado deprisa, sin dar tiempo a su organismo a aclimatarse. El mal de altura es debido a la escasez de oxígeno en el aire.
Uno de los beneficios más conocidos del clavo es su poder anestésico local, empleado para tratar dolores de muelas y molestias de encías.
Sin embargo las propiedades medicinales del clavo empleado de forma externa van más allá, al ser el clavo un buen antiséptico, antifúngico y cicatrizante y permitir, por tanto, tratar desde pequeñas heridas hasta llagas bucales o problemas de pie de atleta (hongos en los pies).
Para finalizar, el clavo es una especia con fama de tener propiedades afrodisíacas.