Para entender por qué se recomiendan las castañas para la hipertensión arterial debemos hablar antes sobre los mecanismos que producen un estado de hipertensión en nuestro cuerpo.
En la hipertensión arterial es imprescindible un mecanismo llamado bomba de sodio-potasio.
Esta bomba no es nada más que una proteína situada en la membrana de todas las células que controla dos elementos imprescindibles para nuestra salud: el sodio y el potasio. Concretamente esta proteína es la encargada de expulsar el sodio a la sangre y de ingresar el potasio a la célula.
Uno de los motivos principales por los que en los países occidentales la hipertensión arterial es una enfermedad común es que se ingieren alimentos muy ricos en sal o cloruro sódico y la dieta acaba siendo muy pobre en potasio.
Esto es debido generalmente a un consumo pobre de frutas y verduras y rico en alimentos procesados que contienen demasiada sal.
El equilibrio entre estos dos minerales se trastoca y la tensión arterial aumenta.
Son numerosos los beneficios de las castañas para la salud pero resulta un alimento que es sobretodo útil en personas que sufren de hipertensión arterial.
El motivo está relacionado con la bomba de sodio-potasio ya que 100 gramos de castañas contienen gran cantidad de potasio: 518 mg. Si junto a la ingesta de castañas disminuimos la cantidad de sal vamos a encontrar una manera natural y además muy eficaz de controlar y disminuir los niveles de hipertensión arterial.
Además, el potasio también favorece la eliminación de líquidos del organismo y por este hecho, al encontrar menos líquido circulante se disminuye la presión que ejerce la sangre sobre las arterias.
Debido a su alto contenido en potasio las castañas para la hipertensión arterial constituyen un tratamiento natural pero también es importante incluir en nuestra dieta todos aquellos alimentos ricos en este mineral: cereales integrales, nueces, almendras, plátano, aguacate y legumbres.