No hace tantos años, de manera casi fortuita, se demostró la influencia beneficiosa del Brócoli en enfermos afectados de EPOC (enfermedad pulmonar obstructiva crónica) y como preventivo de determinados tipos de cáncer de pulmón relacionados directamente con el tabaco.
El brócoli, como todas las crucíferas, es fuente natural de sulforafano. Esta molécula posee propiedades antiinflamatorias a nivel pulmonar, que explican los beneficios del brócoli en los casos de EPOC, enfermedad muy ligada al tabaquismo.
No se quedan ahí las propiedades medicinales del brócoli debidas al sulforafano, ya que este principio activo interviene en la expresión del gen NRF2. Este gen posee una capacidad protectora pulmonar frente a contaminantes y sustancias que inflaman sus tejidos, incluyendo el tabaco. Cuando los pulmones de una persona se encuentran dañados, generalmente el nivel de actividad del gen NRF2 es muy pobre, o dicho de otro modo, se expresa poco, los contaminantes dañan esa defensa natural del organismo.
Lo revolucionario del sulforafanato es que permite restaurar ese gen NRF2, hacer que se vuelva a expresar con antes de estar sometido al compuesto que ha inflamado y dañado el tejido pulmonar. Incluso en los casos en los que el gen se encontraba desactivado, ocasionando casos severos de enfisema pulmonar a los pacientes.
El brócoli previene con mayor eficacia los cánceres de pulmón de tipo escamoso, también llamado de células pequeñas. Esta tumoración está estrechamente relacionada con el hábito de fumar y también es más frecuente en personas con enfermedades pulmonares previas.
Por ello se suele decir que el brócoli protege más del cáncer de pulmón a los fumadores que a los no fumadores. De todos modos hay que señalar que siempre se está hablando de prevención y no de cura del cáncer.