La gota es una enfermedad que se da cuando el organismo padece un exceso de ácido úrico, una sustancia que se forma a través del metabolismo de las proteínas, especialmente de aquellas que provienen de la carne y el marisco.
Cuando el ácido úrico se encuentra en exceso, éste precipita formando cristales. Estos cristales pueden clavarse en las articulaciones y producir un enorme dolor. Generalmente, la articulación más afectada es la del dedo gordo del pie, pero estos cristales pueden adherirse a cualquier otra articulación.
Sin lugar a dudas, para prevenir y tratar la gota es muy importante seguir una dieta equilibrada e incluir alimentos que nos ayuden a depurar nuestro organismo, como las peras.
Pero además la fitoterapia nos ofrece soluciones naturales y muy efectivas, como es el caso del fresno.
Existen muchos tipos de fresno y el que se suele utilizar en estos casos es el fresno elevado, llamado así por ser el más grande de Europa.
Se trata de una planta en cuya composición encontramos un flavonoide llamado rutósido y responsable de sus propiedades antiinflamatorias. Además, contiene otras sustancias que le confieren actividad diurética, lo que nos ayuda enormemente a drenar nuestro organismo ya que estimula la función excretora de los riñones.
Debido a sus propiedades el fresno es una opción ideal que ayuda a tratar los síntomas de la artritis y de la gota, además, favorece la salud del sistema locomotor.
El fresno puede tomarse en infusión o bien en cápsulas, en forma de complemento nutricional. Sin lugar a dudas, siempre se recomienda tomarlo en infusión pues apenas ha sufrido procesamiento alguno, aunque sí es cierto que los complementos nutricionales contienen una más alta concentración de sus principios activos.
No obstante, si quieres utilizar el fresno para mejorar las articulaciones con gota, lo más importante es que lo hagas en el contexto de una dieta equilibrada y unos hábitos de vida saludables.