Los incas cultivaban la quinua o quinoa hace milenios y ésta representó una de la
bases de su nutrición, en función de la cual llegaron a desarrollar uno de
los imperios más importantes de la humanidad.
La quinua era considerada un
grano de características divinas en esta cultura, ya que brindaba poder y
resistencia a sus guerreros, además de utilizarse en rituales, condiciones que
dan a comprender la importancia que esta semilla revestía para el gran Imperio
Inca.
La quinua logró sobrevivir a los conquistadores que eliminaron a toda la civilización incaica, ya que continuó desarrollándose en forma silvestre entre las montañas, adaptándose a las inclemencias climáticas que indudablemente la fortalecieron, llegando a nuestros días con todas sus propiedades saludables, que realmente puede compararse que el verdadero tesoro de los Incas.
Lo que debemos saber de la Quinoa como primera medida, es que no es un grano o cereal, sino una semilla y que pertenece a la familia de la espinaca, la acelga y la remolacha, un dato no menor, pero a diferencia de estas variedades la Quinua sobrevive a los climas más extremos y por esta razón fue llevada en las misiones espaciales, que lograron junto con el amaranto desarrollarla fuera de la tierra.
Las semillas de quinoa son redondas y en realidad presenta distintos colores que cubren el arco iris, sin embargo la consumida a nivel mundial es la de color blanco. Esta prodigiosa semilla representa una de las fuentes proteicas completas más importantes para la nutrición humana, considerándose como el alimento del futuro, que podrá apalear el hambre mundial.
Las proteínas completas son muy raras en el mundo de las plantas, por ello la quinua se traduce en uno de los mejores alimentos para las dietas vegetarianas o veganas, ya que además provee de grandes cantidades de hierro, calcio, manganeso, magnesio y cobre, además de fibra dietética, composición que la ubica a la quinoa en las categorías de Súper alimento y alimento-medicamento.