El aceite esencial de lavanda es el más conocido entre todos debido a sus grandes propiedades, descúbrelas y aprende a utilizarlo.
¿Qué es
el aceite esencial de lavanda y cómo utilizarlo?
El aceite esencial de lavanda se consigue a
través de la destilación del arbusto de la lavanda. Son necesarias grandes
cantidades de la planta para realizar un aceite esencial, lo que nos advierte
la gran concentración de principios activos que se encuentran en este aceite.
Para utilizar cualquier aceite esencial,
también el de lavanda, debes tener antes en cuenta estas consideraciones:
- No aplicar en niños menores de 3
años sin supervisión médica, tampoco en embarazadas ni madres lactantes.
- No aplicar nunca de forma directa
sobre la piel.
- Diluir siempre en otros aceites o
cremas base.
- Los aceites esenciales se pueden
aplicar de manera tópica, en pulverización sobre el ambiente, en quemador de
esencias o en baños.
Propiedades
del aceite esencial de lavanda
Son muchas las propiedades que te ofrece el
aceite de lavanda si sabes utilizarlo correctamente, veamos cuáles son las más
destacadas:
- Antiséptico: El aceite esencial de lavanda posee
acción frente a virus y bacterias por lo que no sólo puede utilizarse ante
problemas dermatológicos sino ante otros trastornos que causen con estas
características, por ejemplo, gárgaras en caso de faringitis, siempre diluido
en agua en este caso.
- Sedante: Se trata de uso más conocido, es un
aceite excepcional para aliviar la tensión nerviosa y favorecer la relajación y
el sueño.
- Analgésica y antiinflamatoria: Funciona muy
bien el caso de dolores musculares y contusiones.
- Regeneradora: Ayuda a regenerar la piel tras
lesiones o quemaduras y también en otros casos donde la salud de ésta se haya
visto menguada.
- Potenciador: Una peculiar propiedad del aceite
esencial de lavanda es que incluido en cualquier fórmula potencia la acción de
cualquier otro tipo de aceite esencial.
Si
quieres empezar a obtener todos los beneficios del aceite esencial de lavanda
no tienes más que adquirir un frasco del mismo y otro de cualquier aceite base
para mezclar (almendras dulces, rosa mosqueta, germen
de trigo…). De hecho, el aceite esencial de lavanda es el más indicado para
empezar a experimentar los beneficios de la aromaterapia.