Entre las propiedades medicinales de la hierbabuena (Mentha spicata) compartida con otros tipos de menta destacan por encima de todas las referentes al aparato digestivo. La hierbabuena es carminativa y estimulante del apetito, y lo mismo sirve para calmar un dolor de estómago, que para favorecer las digestiones pesadas o para aliviar la aerofagia.
Pero la hierbabuena actúa también sobre las inflamaciones hepáticas y estimula la secreción de jugos biliares, con lo que refuerza su acción medicinal en casos de dispepsias o de indigestiones.
La principal diferencia entre los beneficios de la
hierbabuena y los de los demás tipo de mentas son las referentes al sistema
nervioso. La hierbabuena presenta propiedades
analgésicas tanto por uso local como por vía interna, y resulta además estimulante
o sedante en función de cómo se utilice.
La hierbabuena resulta efectiva para aliviar dolores de cabeza, especialmente cuando éstos son por problemas de
tensión. Combinada con otras plantas ejerce sobre ellas un efecto sinérgico que
hacen a las infusiones resultantes excelentes alivios contra cefaleas en un caso, dispepsias en
otro, e incluso ansiedad.
La hierbabuena es una planta que carece de toxicidad, siempre que se emplee de manera lógica, y puede ser utilizada en niños, en ancianos e incluso en mujeres embarazadas.
La parte empleada de la hierbabuena son las hojas, donde mayor es la concentración de principios activos. Se utiliza en forma de infusión o decocción en unos casos, o bien mezclando su aceite esencial o elaborando cataplasmas para su aplicación local.