Los capullos de esta rosa silvestre (escaramujo) es extremadamente rico en vitamina C y se utilizan para la elaboración de té, dulces y preparados nutricionales, siendo una fuente alimenticia para las culturas indÃgenas por cientos de años. Sin embargo, el aceite contenido en las semillas de la rosa mosqueta, posee propiedades regenerativas de la piel que son únicas debido a sus componentes nutritivos y por ello ha sido adoptado por la industria cosmética masivamente.
Según la Asociación Americana de Salud IndÃgena, un puñado de escaramujos de rosa mosqueta posee más vitamina C que las naranjas, que es un poderoso antioxidante natural capaz de proteger a las grasas, proteÃnas y carbohidratos en las células de su cuerpo contra el daño de los radicales libres. Pero aplicado de forma externa también cumple la misma función protectora ante el ataque de los agentes quÃmicos medio ambientales (polución) que promueven envejecimiento prematuro de la piel. El aceite de rosa mosqueta estimula la producción de colágeno y éste es un componente básico que conforma los tejidos conjuntivos y los vasos sanguÃneos, por ello es tan eficaz para la salud dérmica.
El aceite de rosa mosqueta representa una muy importante fuente de nutrientes y ácidos grasos insaturados que pueden atenuar las cicatrices y mejorar la textura de la piel, por lo cual es muy recomendable para las estrÃas, particularmente las relacionadas al embarazo, ya que además posee propiedades anti-inflamatorias naturales, que actúan puntualmente en estos casos y son muy importantes para reducir naturalmente la inflamación asociada con el acné y la rosácea.
Los escaramujos de la rosa mosqueta contienen niveles muy altos de vitamina A o retinol, sustancia que según un estudio de la Universidad de Michigan, actúa sobre la piel protegiéndola del envejecimiento natural y del foto envejecimiento o daño causado por el sol (prematuro), sumado a su capacidad para promover la formación de colágeno, ayuda a lucir una piel más joven y resistir el paso del tiempo reduciendo las lÃneas o arrugas naturales del proceso de envejecimiento. En el caso de los ancianos, puede ayudar a sanar heridas y reducir las úlceras.