El café es uno de los tónicos naturales más potentes. Gracias a su concentración de principios activos el café aumenta el rendimiento físico y mental del organismo y está especialmente recomendado en aquellas épocas de astenia (cansancio excesivo) que suelen darse en el otoño y la primavera.
Su concentración en cafeína (el principio activo propio del café) y teobromina (un componente presente en el cacao) hacen del café una bebida natural capaz de combatir la fatiga y que además ayuda a prevenir estados depresivos dado que la teobromina nos hace liberar endorfinas y éstas repercuten saludablemente en nuestro estado anímico.
El consumo no abusivo de café previene enfermedades como el cáncer debido a su alto contenido en antioxidantes, también es apropiado contra la diabetes tipo II (cuando no son hipertensos) dado que el café aumenta la secreción de insulina, previene enfermedades cardiovasculares protegiendo el corazón y enfermedades neurológicas como el alzheimer o el parkinson.
El café es altamente recomendable en aquellas personas que sigan una dieta hipocalórica, dado que el café aumenta la energía y resistencia del organismo y posee propiedades diuréticas que favorecen la evacuación de residuos del organismo.
El café está contraindicado en aquellos casos en los que la persona tenga de forma natural un estado nervioso o de ansiedad y en casos de hipertensión. Su consumo óptimo medicinal está establecido en dos o tres tazas diarias de café.