Además de en China, el Ruibarbo (Rheum Palmatum) también se ha utilizado en el Tíbet por miles de años, extendiéndose a la India y luego a Europa durante el Renacimiento, llegando al Asia Menor donde representó uno de los recursos terapéuticos favorito de los médicos árabes.
En América las familias que se lanzaron a la conquista del Oeste, llevaban la raíz de Ruibarbo para utilizarla específicamente como medicina natural, según consta en los registros colonos.
Los beneficios medicinales de la raíz de Ruibarbo destacan sobre el sistema digestivo donde las condiciones a tratar son; diarrea, disentería, estreñimiento, hemorroides, trastornos hepáticos, ictericia, inflamaciones abdominales, dispepsia.
Además la Raíz de Ruibarbo elimina gusanos o parásitos intestinales, promueve la cicatrización de las úlceras duodenales, colabora con la vesícula biliar previniendo o eliminando arenillas o cálculos, pero además goza de gran fama como un antibiótico natural muy potente, comparándola con el ajo.
El Ruibarbo ha sido utilizado en el tratamiento de la insuficiencia renal crónica combinado con las drogas clásicas, demostrando su capacidad para aliviar la difícil condición mejorando la calidad de vida y supervivencia de los pacientes.
La parte utilizada con fines medicinales es solamente la raíz, ya que sus hojas pueden producir envenenamiento porque contienen ácido oxálico. Así como no es aconsejable el uso prolongado de la raíz por que tiende a producir estreñimiento empeorando distintas condiciones de salud relacionadas y produciendo el efecto inverso sobre las dolencias que trata, tampoco es recomendable cuando se padece de gota o artritis.