Remedios caseros e infusiones medicinales con Lavanda
La lavanda, también conocida como espliego, es una flor que crece de manera silvestre en la mayoría de países de la cuenca mediterránea. De fácil cuidado, la lavanda es apreciada tanto por su aroma como por sus propiedades medicinales, utilizadas por la medicina natural para formular números remedios caseros aptos para grandes y niños.
No obstante, aunque es muy poco frecuente, existen personas alérgicas a la lavanda, conviene hacer una prueba de sensibilidad casera si nunca se ha estado en contacto con esta planta, aplicando una infusión muy cargada en una muñeca por ejemplo, o un poco de emplasto y observar si se produce enrojecimiento en las posteriores 48 horas.
- Remedio casero para aliviar el asma con lavanda
Una infusión realizada con 4 ó 5 gramos de flores secas de lavanda y edulcorada con miel, consumida hasta cuatro veces al día puede aliviar los procesos de asma y la dificultad para respirar que acompaña a algunos resfríos.
Este remedio casero está pensado para usarse como coadyuvante de la medicación para el asma, nunca como sustituto de la misma.
- Remedio casero con lavanda contra la tos y la afonía
Una infusión concentrada de flores de lavanda, realizada con unos 50 gramos de sumidades floridas, frescas o desecadas, por litro de agua, alivia los procesos de afonía y las afecciones respiratorias.
Lo idea es tomar un vaso del preparado tres veces al día, coincidiendo una de las tomas antes de irse a dormir. Así se aprovechan los efectos relajantes y sedantes de la lavanda para ayudar a conciliar el sueño, algo complicado cuando se tiene un catarro fuerte.
Dada la escasa toxicidad de la lavanda, la dosis puede aumentarse hasta a cinco tomas diarias, aunque con esta dosis existe el riesgo de sufrir somnolencia.
- Tratamientos caseros para pieles lastimadas con lavanda
Los aceites esenciales contenidos en la lavanda poseen propiedades antisépticas, cicatrizantes y suavizantes. Por ello son muy habituales en los remedios caseros y en la cosmética natural destinados al cuidado de las pieles más sensibles.
Para proteger los labios agrietados, basta con fundir en el microondas o al baño María un protector labial o una manteca vegetal sólida, como puede ser la de karité. Cuando el producto esté templado pero aún no haya solidificado, se añade una sola gota de aceite esencial de lavanda por tarrito de preparado. De igual manera, las pieles irritadas experimentarán mejoría si se tratan con una crema hidratante, facial o corporal, hipoalergénica a la que se hayan añadido tres gotas de aceite esencial de lavanda por 50 ml de producto.
La infusión de lavanda sirve para lavar tanto pequeñas grietas y heridas, por sus propiedades antisépticas, como para la higiene de los cutis sensibles.
Y una infusión realizada con lavanda, romero y tomillo, a razón de una cucharadita colmada de cada planta medicinal por taza de agua sirve para tratar diversos problemas del cuero cabelludo si se aplica con un suave masaje tras el último aclarado cuando se lava la cabeza.