La inflamación es una respuesta orgánica generada por el sistema inmunológico, como primera línea de defensa ante cualquier agresor que ponga en riesgo al organismo, así como también representa un riesgo para la salud cuando se sostiene en el tiempo, ya que puede derivar en el deterioro de los órganos vitales o distintas enfermedades.
El exceso de grasa corporal u obesidad estimula procesos inflamatorios, así como las enfermedades metabólicas haciendo referencia a la diabetes o las del tipo crónico como las originadas por reumas, artritis, artrosis, además los alimentos pueden generar inflamaciones, como es el caso de las grasas saturadas (animales) y trans (químicas).
Sin embargo las grasas poliinsaturadas de origen vegetal, como los aceites de cártamo, girasol, maíz y sésamo, lo hacen en menor medida, pero existe un aceite cuya composición es de grasas mono saturadas, las cuales a diferencia de los anteriores poseen efectos antiinflamatorios naturales, como es el caso del aceite de oliva.
Los efectos antiinflamatorios del aceite oliva se deben a su riqueza en fitoquímicos tales como; el escualeno, beta-sitosterol y tirosol, recomendándose su inclusión en la dieta diaria para la disminución del riesgo a las inflamaciones, en particular las que afectan al sistema cardio vascular, por ello al aceite de oliva obtenido por primera presión en frio se lo considera el amigo del corazón.
Según un artículo publicado en la prestigiosa revista Nature (2005), en el aceite de oliva se identificó un compuesto llamado “oleocanthal”, que posee una capacidad antiinflamatoria natural comparada con el ibuprofeno, uno de los más populares antiinflamatorios químicos, definiendo que cincuenta gramos de aceite de oliva se equipara en acción anti-inflamatoria, al 10 por ciento de una dosis estándar de ibuprofeno en adultos.
Sus efectos pueden ser tanto externos, relacionados a todo tipo de inflamación en la piel, como internos, por ello se recomienda consumir una cantidad moderada de aceite de oliva al día, preferentemente calidad extra virgen de primera presión en frio, para prevenir o disminuir la inflamación crónica en el torrente sanguíneo.